En DFSK, creemos firmemente que un equipo fuerte no solo se construye entre reuniones, objetivos y entregas, sino también fuera de la oficina. Por eso, hace unos días, organizamos una jornada muy especial en la que cambiamos el volante por los remos y los despachos por el río. Una experiencia que, sin duda, quedará en nuestra memoria durante mucho tiempo: nuestra jornada de convivencia DFSK con descenso en rafting por el río Segura.
Entre salpicones y carcajadas, aprendimos que remar juntos no solo es una metáfora: es una realidad que refleja lo que somos cada día en DFSK.
Y sí, podemos decir que no hubo que lamentar heridos (graves). Eso sí, algún orgullo se quedó mojado y más de uno terminó con el peinado totalmente reformulado por el agua.
La comida de equipo fue el broche perfecto para cerrar una jornada redonda. Se consolidaron lazos, surgieron nuevas ideas y, sobre todo, se reforzó algo que para nosotros es clave: el orgullo de pertenecer a un equipo en el que cada persona importa.
Lo que vivimos en el río Segura fue mucho más que una salida de empresa. Fue una jornada de crecimiento colectivo, de reconexión con los valores que nos unen: Compañerismo, respeto y cercanía.
Y, ¿por qué hacemos esto? Porque no solo creemos en el rendimiento, en la eficiencia o en la excelencia técnica. Creemos, sobre todo, en las personas. En la energía que se genera cuando se trabaja con un verdadero equipo.
Sabemos que una buena cultura corporativa no se impone, se construye.
Por eso, experiencias como la del rafting no son una excepción. Son parte de lo que queremos seguir construyendo.
A todas las personas que participaron, gracias. Gracias por construir, con cada gesto, el espíritu DFSK.
Y a quienes no pudieron acompañarnos en esta ocasión, no os preocupéis: habrá más. Porque si algo tenemos claro en esta empresa es que la mejor forma de avanzar es hacerlo juntos.
Nos movemos contigo. Siempre.
